Si alguna vez has recibido un préstamo —ya sea de un amigo, un familiar o incluso de una plataforma digital— es muy probable que te hayas preguntado: “¿Esto lo tengo que declarar al SAT?, ¿me van a cobrar impuestos por esto?, ¿me van a considerar evasor si no lo explico?”
No te preocupes, no estás solo. Este tema causa muchas dudas, porque aunque los préstamos no generan impuestos como tal, sí pueden levantar alertas si no se explican bien ante el SAT.
Aquí te lo explicamos con peras y manzanas, como debe ser.
Primero lo básico: ¿Un préstamo es ingreso?
Según el SAT, no todos los depósitos en tu cuenta bancaria se consideran ingreso gravable. Hay excepciones, y una de ellas son los préstamos.
Un préstamo, por definición, no es un ingreso porque no representa un aumento en tu patrimonio: es dinero que te dan y que tienes que devolver.
Peeero… si el SAT ve depósitos frecuentes o cantidades grandes en tu cuenta y tú no tienes cómo justificar que fueron préstamos reales, sí puede suponer que estás omitiendo ingresos y ahí sí… vienen los problemas.
¿Cuándo un préstamo NO genera impuestos?
- Cuando es realmente un préstamo y puedes comprobarlo.
- Cuando hay un contrato firmado (aunque sea simple, entre particulares).
- Cuando el monto es razonable y congruente con tu perfil fiscal.
- Cuando lo declaras correctamente si es necesario (te explicamos más abajo cuándo sí se debe hacer).
Ejemplo:
Ana recibió $50,000 de su papá para remodelar su depa. Hicieron un contrato simple que dice que ella se lo devolverá en 12 meses. Ana guarda ese contrato y los comprobantes de transferencia.
En este caso, no es ingreso gravado y si el SAT pregunta, Ana tiene con qué respaldarlo.
¿Cuándo SÍ te puede meter en problemas?
Aunque un préstamo no sea ingreso gravable, puede ser sospechoso para el SAT si:
- Te depositan cantidades altas y frecuentes sin relación con tu actividad.
- No tienes cómo comprobar que es préstamo (sin contrato, sin relación clara con quien te lo dio).
- El monto es muy alto para tu perfil fiscal (ej. si ganas $10,000 al mes y te depositan $500,000 “de la nada”).
- El SAT detecta movimientos constantes que aparentan una actividad económica no declarada.
En esos casos, podrían considerarlo ingreso omitido y te pueden requerir aclaraciones, e incluso cobrar ISR + multas si no lo aclaras bien.
¿Hay que declarar los préstamos?
Si eres persona física:
En general, NO necesitas declarar un préstamo en tu declaración anual si fue entre particulares, de forma ocasional, y puedes respaldarlo. Pero hay excepciones importantes:
Si el préstamo es mayor a $600,000 anuales
Si en un año recibes más de $600,000 en total por concepto de préstamos, sí estás obligado a informarlo en tu declaración anual, aunque no pagues impuestos por ello.
Esto lo establece el artículo 90 de la Ley del Impuesto sobre la Renta (ISR): si en un año calendario recibes préstamos, donativos o premios que en conjunto superen los $600,000, debes informarlo al SAT en tu declaración anual.
¿Y si no lo haces?
El SAT puede considerar ese dinero como ingreso no declarado. Y ahí sí… toca pagar ISR + multas.
¿Qué necesito para comprobar que un depósito fue un préstamo?
Un contrato simple de préstamo (puede ser entre particulares). No necesitas notario, pero sí debe llevar:
- Nombres y datos de ambas partes
- Monto del préstamo
- Plazos de devolución
- Fecha y firmas
- Comprobante del depósito o transferencia (que coincida con el contrato).
- Si puedes, alguna evidencia adicional (como un correo o mensaje acordando el préstamo).
Pro tip: Guarda esos documentos al menos por 5 años.
¿Y si uso plataformas de préstamos P2P o fintech?
Si pediste un préstamo a través de plataformas como Kueski, YoTePresto, Afluenta, etc., es más fácil justificarlo porque:
- Hay contratos digitales
- Las transferencias vienen de una entidad registrada
- Hay registros claros del préstamo y sus pagos
Aun así, cuida que no se te acumulen más de $600,000 al año sin declararlos, porque esa parte sí es tu responsabilidad.
Conclusión
No todos los depósitos son ingresos… pero el SAT no adivina. Si vas a recibir un préstamo, hazlo con contrato, guarda los comprobantes y ten claridad sobre los montos que manejas.
Un préstamo bien justificado no genera impuestos, pero mal documentado puede parecer evasión. Así de simple.
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