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Comprar un automóvil es una de las decisiones financieras más importantes que toman muchas personas. La elección entre un vehículo nuevo o usado, así como las complejidades del proceso de compra, puede influir en la estabilidad financiera a largo plazo.
Lo primero que debemos decir es que la manera más fácil de determinar si puedes o no comprar un carro de agencia o usado es haciendo una suma total de tus ingresos, así podrás hacer una planeación financiera más real.
Si pensamos en un carro nuevo, debemos tener en cuenta que si una persona recurre a un banco para un préstamo automotriz, debe comprobar un ingreso mínimo de 12 mil pesos mexicanos, con el fin de que una tercera parte del salario pueda sustentar las mensualidades, los intereses y el enganche del auto.
Otro punto importante es el valor del enganche que puedas dar, el cual oscila entre el 20% y el 80% del valor total del auto. Entre más alto sea el enganche, menor será el valor de las mensualidades y de los intereses. Igualmente, hay que tener en cuenta el plazo que se elegirá para pagar el crédito, este plazo va desde los 12 hasta los 60 meses. Ten en cuenta que entre más largo sea el plazo más intereses y mientras más corto el tiempo, más altas las mensualidades.
¿Auto nuevo o usado?
La compra de un automóvil nuevo tiene su atractivo. Estrenar un vehículo ofrece garantías de fábrica, menores costos de mantenimiento inicial y tecnología de última generación. Sin embargo, los autos nuevos tienden a devaluarse rápidamente y a menudo tienen un precio inicial más alto.
Los automóviles usados son una opción financiera sólida para muchos compradores. Suelen ser más asequibles y experimentan una devaluación más lenta que los nuevos. Sin embargo, es crucial investigar el historial del vehículo y asegurarse de su buen estado antes de comprar.
Consideraciones financieras
Es importante que tengas en cuenta algunos aspectos financieros antes de decidirte por una u otra opción.
Depreciación:Uno de los aspectos financieros clave al considerar la compra de un automóvil es la devaluación. Los vehículos nuevos tienden a perder valor rápidamente en los primeros años, lo que puede afectar la inversión a largo plazo. Los autos usados pueden ser una opción más resistente a la devaluación.
Mantenimiento y costos de reparación: Los automóviles nuevos generalmente tienen menos problemas mecánicos en los primeros años, mientras que los autos usados pueden requerir más atención.
Seguro y registro: El costo del seguro y el registro vehicular varía según el año y modelo del automóvil. Los autos nuevos suelen tener primas de seguro más altas, mientras que los autos usados pueden resultar más económicos en este aspecto.
Por último, es importante investigar, comparar precios y evaluar la devaluación y los costos a largo plazo antes de tomar una decisión. Haz un presupuesto y proyéctalo a largo plazo para asegurar que podrás pagar un crédito a varios años sin afectar tu bolsillo y tu tranquilidad.